El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a las glándulas exocrinas por lo que principalmente se caracteriza por ojos y boca seca. Al ser una enfermedad autoinmune, el sistema inmunológico ataca a sus propias células y tejidos, provocando primero la destrucción de las glándulas que producen lágrimas y saliva, aunque también puede dañar otros órganos como piel, tiroides, pulmones , riñones, hígado , vasos sanguíneo, músculos y articulaciones. Hay mayor riesgo si se cuenta con predisposición genética a padecer este trastorno y si se es expuesto a algún desencadenante como un virus o bacteria.
Ante los síntomas principales de sequedad de piel y mucosas se debe consultar al reumatólogo, quien se puede apoyar de análisis de sangre, exámenes oculares, estudios de imagen y biopsia de ser requerido.
El síndrome de Sjögren no es fácil de diagnosticar ya que sus signos y síntomas varían de persona a persona y pueden ser similares a los causados por otras enfermedades e incluso medicamentos.
El tratamiento se basa en la disminución de la inflamación ocular, incremento de la producción de saliva, manejo de las complicaciones y medicamentos para frenar el progreso de la enfermedad.